Oraciones a san Benito

San Benito nació en Nursia, Italia en el 480 y fue a Roma a estudiar y después a Enfide(actualmente Affile) para profundizar sus estudios y su disciplina, pero eso no le bastó, así que al cumplir 20 se retiró a un monte viviendo en una cueva.

A los 3 años de su vida en soledad meditando, fue con los monjes de Vicovaro, donde lo nombraron abad pero era tan exigente que intentaron envenenarlo.

san benito

Así, con un grupo de jóvenes fundó un monasterio en la montaña y redactó la Regla de los monasterios(un libro con normas para los monjes), que se expandió por toda la cristiandad.

 

para pedir protección

Santísimo confesor del Señor; Padre y jefe de los monjes, interceded por nuestra santidad, por nuestra salud del alma, cuerpo y mente.

Destierra de nuestra vida, de nuestra casa, las asechanzas del maligno espíritu. Líbranos de funestas herejías, de malas lenguas y hechicerías.

Pídele al Señor, remedie nuestras necesidades espirituales, y corporales. Pídele también por el progreso de la santa Iglesia Católica; y porque mi alma no muera en pecado mortal, para que así confiado en Tu poderosa intercesión, pueda algún día en el cielo, cantar las eternas alabanzas. Amén.

Oración a san Benito para pedir una gracia

¡Oh, Santo Padre Benito, que ayudas a cuantos acudimos a ti!
Acógeme bajo tu protección; defiéndeme de todo mal que aceche mi vida,
y de todo aquel que quiera hacerme daño.

Obtenme la gracia del arrepentimiento de mi corazón y una verdadera conversión para reparar las culpas cometidas, y para alabar y glorificar a Dios todos los días de mi vida.

San Benito glorioso, amado y venerado por todos, dame tu ayuda, defensa y protección, aleja de mi vida, de mi trabajo y de mi familia, a los que por envidia o maldad me atormentan, defiéndeme de las malas personas y adversarios, y detén a los que me manden magias, brujerías, hechizos o conjuros, aparta a quien me mire mal y use su mala lengua contra mi persona y los que me rodean, en especial dame auxilio en esto que tanto me aflige:

(hacer aquí la petición)

Te ruego, por amor al Señor, no me niegues tu auxilio e intercesión.
Hombre con corazón grande y justo, atiende mis peticiones y líbrame de todo mal, no permitas que me separe del bien, acógeme en el coro de los bienaventurados, junto a ti y al grupo de los santos que han ido detrás tuyo hacia la eterna beatitud.

Dios omnipotente y eterno, por los méritos y el ejemplo de San Benito,
de su hermana, la virgen Escolástica y de todos los santos renueva en mí Tu Santo Espíritu; dame fortaleza en el combate contra las tentaciones del maligno
y contra los males que me quieran causar, paciencia en las tribulaciones de la vida, y prudencia en los peligros.

Aumenta en mí el amor a la caridad, el deseo de la practica del amor a los demás,
pues confortado por ti y sostenido por el amor de mi prójimo, puedo servirte alegre y unirme victorioso en la Patria Celestial a todos los santos.
Por Cristo, Nuestro Señor, amén.

Oraciones por la pobreza

La pobreza es un problema muy grave en todo el mundo, en cualquier lugar hay personas que apenas tienen para vivir, en condiciones de necesidad, viviendo en la calle y sin nada que comer. Los cristianos deben ayudar a los pobres como decía Jesús, y rezar es una de las ayudas que podemos aportar.

 

Oración por las personas de nuestro alrededor

Ayúdanos a cambiar, Señor,
para mirar las cosas, el mundo, la vida
con tu mirada y desde tus ojos.

Sana nuestras cegueras que nos impiden ver
el dolor y el sufrimiento de los que caminan al lado,
de los que viven en nuestro mundo, bajo nuestro mismo sol.

Sacude nuestro corazón para que aprendamos a ver
con los ojos llenos de Evangelio y Esperanza de Reino.

Corre ya el velo de nuestros ojos para que, viendo,
podamos conmovernos por los otros, y movernos desde lo profundo del corazón,
para acudir a dar una mano, y la vida toda,
a los que están caídos y rotos en las cunetas de los caminos,
a los leprosos de hoy día, a los que esta sociedad injusta ha tirado a un costado,
porque no cuentan, o no interesan, o no son rentables a las leyes del mercado.

Ayúdanos Señor a ver, y a cambiar…
a verte y a optar…
a utilizar esa mirada maravillosa que nos dejaste para mirar el mundo,
la realidad, la vida:
la mirada del Evangelio, para ver con tus ojos de Dios,
para sentir con tu corazón compasivo,
para actuar llevados por la fuerza y el fuego comprometido de tu Espíritu,
para hacer posible, ya aquí en la tierra, el mundo nuevo que esperamos,
el Reino de los cielos.

Así sea.

para la pobreza

Señor, enséñanos a no amarnos solo a nosotros mismos,
a no amar solamente a nuestros amigos, a no amar sólo a aquellos que nos aman.
Enséñanos a pensar en los otros y a amar, sobre todo,
a aquellos a quienes nadie ama.

Concédenos la gracia de comprender que,
mientras nosotros vivimos una vida feliz,
hay millones de seres humanos, que son también tus hijos y hermanos nuestros,
que mueren de hambre, sin haber merecido morir de hambre;
que mueren de frío, sin haber merecido morir de frío.

Señor, ten piedad de todos los pobres del mundo. Y no permitas, Señor, que nosotros vivamos felices solos.

Haznos sentir la angustia de la miseria universal, y líbranos de nuestro egoísmo.

Amén

Oración para ser generosos con los pobres

Dios omnipotente y eterno que nos has dado en la beata Maria de san José un modelo de amor a los huérfanos y ancianos abandonados, haz que, siguiendo su ejemplo, reconozcamos en los pobres y marginados a tu hijo Jesucristo y logremos servirles con el mismo amor con que ella les sirvió. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.

Para vencer el miedo

Todos tenemos miedo a veces, incluso los papas sienten miedo y rezan para superarlo. Por eso no debemos avergonzarnos, pero sí debemos luchar para vencer nuestros temores. Estas oraciones están pensadas para esos momentos en los que nos sentimos vulnerables, espero que os ayuden.

 

Oración para no tener miedo

“Quiero vivir sin miedos.
Con una santa indiferencia que hoy no tengo.
Quiero crecer y ser más tuyo, Jesús, pero no sé bien cómo desprenderme de mis miedos.
Por eso te los entrego hoy.
Uno por uno.
Quiero que me abraces para que se me pase el miedo.
Quiero que sostengas mis cobardías.
Estoy tan lejos de ser un valiente, un santo que abraza con pasión la cruz de cada día.
Te pido, Jesús, que me liberes de mis ataduras.
Hazme más tuyo.
Haz que pueda amar como Tú amas”.
Amén.

Salmo 23

“El Señor es mi pastor, nada me falta.
En verdes pastos me hace reposar.
Me conduce a fuentes tranquilas,
allí reparo mis fuerzas.
Me guía por cañadas seguras
haciendo honor a su nombre.
Aunque fuese por valle tenebroso,
ningún mal temería,
pues tú vienes conmigo;
tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas ante mí una mesa,
a la vista de mis enemigos;
perfumas mi cabeza,
mi copa rebosa.
Bondad y amor me acompañarán
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa de Yahvé
un sinfín de días.”

Oración del Cardenal Eduardo Pironio

Señor,
Hoy necesito hablar contigo con sencillez de pobre, con corazón quebrantado pero enteramente fiel.

Sufro, Señor, porque tengo miedo,
mucho miedo, más que nunca.
Yo no sé por qué, o mejor, sí se por qué:
porque Tú, Señor, adorablemente lo quieres.
Y yo lo acepto.
Pero también escucho tu voz de amigo:
«No tengas miedo, no se turbe tu corazón.
Soy yo. Yo estaré contigo hasta el final.»
Repítemelo siempre Señor,
y en los momentos más difíciles,
suscita a mi alrededor almas muy simples
que me lo digan en tu nombre.

Tengo miedo, Señor, mucho miedo.
Miedo de no comprender a mis hermanos
y decirles las palabras que necesitan.
Miedo de no saber dialogar,
de no saber elegir bien a mis colaboradores,
de no saber organizar la diócesis,
de no saber planear,
de dejarme presionar por un grupo o por el otro,
de no ser suficientemente firme
como corresponde a un Buen Pastor,
de no saber corregir a tiempo,
de no saber sufrir en silencio,
de preocuparme excesivamente por las cosas al modo humano,
y entonces, estoy seguro de que me irá mal.
Por eso, Señor, te pido que me ayudes.

Me hace bien sentirme pobre,
muy pobre, muy inútil y pecador.
Ahora siento profundamente mis pecados.
He pecado mucho en mi vida
y tú me sigues buscando y amando.
Pero te repito, sigo teniendo miedo, mucho miedo.
No lo tendría si fuera más humilde.
Yo creo que me asusta la posibilidad del fracaso.
Temo fracasar, sobre todo, después de que me esperaron tanto.
Pero no pienso que Tú también fracasaste,
que no todos aceptaron tu enseñanza.
Hubo muchos que te dejaron porque «les resultaba dura» y absurda tu doctrina.

Nunca te fue bien, Señor:
te criticaron siempre y quisieron despeñarte.
Si no te mataron antes fue por miedo al pueblo que te seguía.
Pero te rechazaron los sacerdotes; te traicionó Judas; te negó Pedro;
te abandonaron todos tus discípulos
¿y no sufrías entonces?
Y yo, ¿quiero ser más que el Maestro y tener más fortuna que mi Señor?
Jesús, enséñame a decir que sí y a no dejarme aplastar por el miedo.

Oración para cuando tenemos miedo

Padre hay momentos en que he sentido mucho miedo
Momentos desconcertantes y tormentosos y es cuando digo:
Padre acude a mí en éste momento en que tengo miedo.
Acude a mí cuando dudo, cuando me atormento por el dolor y la incomprensión
Acude a mi cuando el Mundanal Ruido me afecta y no lo entiendo
Acude a mí en todo momento en que me veas atormentado por la ignorancia de
pensar que no estás cerca.
Acude a mí cuando me enfermo no solo del cuerpo sino del espíritu
Acude a mí a perdonarme por pensar que no estás cerca
Acude a mí; pues yo te alabo y bajo tu frondoso árbol me acuesto a
dilucidar tus pensamientos y a entonarme con tu Amor y tu Sabiduría.
Así sea

Oraciones para pedir salud

La salud es lo primero que todos queremos, para nosotros y nuestros seres queridos. Estas oraciones os ayudarán a pedir salud con confianza.

 

oración a Jesús para pedir salud

Señor, Jesús, que estas vivo y resucitado, que estas presente en el Santísimo Sacramento del altar y en cada uno de los que en ti creemos.

Te alabo y a te adoro. Te doy gracias, Señor, por venir hasta mi como pan vivo bajando del Cielo. Tu eres la plenitud de la vida. Tu eres la resurrección y la vida. Tu eres, Señor, la salud de los enfermos.

Hoy quiero presentarte todas mis enfermedades porque tu eres el mismo ayer, hoy y siempre y tu mismo me alcanzas hasta donde estoy.

Tu eres el eterno presente y tu me conoces… ahora, Señor te pido que tengas compasión de mi. Visítame a través de tu Evangelio para que todos reconozcan que tu estas vivo en tu Iglesia hoy; y que se renueve mi fe y mi confianza en ti. Te lo suplico, Jesús.

Ten compasión de mis sufrimientos físicos, de mis heridas emocionales y de cualquier enfermedad de mi alma.

Ten compasión de mi, Señor. Bendíceme y haz que vuelva a encontrar la salud. Que mi fe crezca y me abra a las maravillas de tu amor, para que también sea testigo de tu poder y de tu compasión.

Te lo pido, Jesús, por el poder de tus Santas Llagas, por tu Santa Cruz y por tu preciosa Sangre.
Cúrame, Señor.
cura mi Cuerpo
cura mi Corazón
cura mi Alma
Dame vida y salud en Abundancia. Te lo pido por intercesión de Maria Santísima, tu Madre, la Virgen de los Dolores, la que estaba presente, de pie, cerca de la cruz.

La que fue la primera en contemplar tus Santas Llagas y que nos diste por madre.
Tu nos has revelado que ya has tomado sobre ti, todas nuestras dolencias y por Ti hemos sido Curados.

Hoy, Señor, te presento en fe todas mis enfermedades y te pido que me cures completamente.
Te pido por la Gloria del Padre del Cielo, que también lleves salud a los enfermos de mi familia y mis amigos.

Haz que crezcan en la fe, en la esperanza y que reciban la salud para Gloria de tu Nombre, para que tu Reino siga extendiéndose más y más en los corazones a través de los signos y prodigios de tu Amor. Todo esto te lo pido, porque tu eres Jesús.

Tu eres el buen pastor y todos somos ovejas de tu rebaño.
Estoy tan seguro de tu Amor que aun antes de conocer el resultado de mi oración, en fe, te digo: Gracias Jesús, por lo que tu vas a hacer en mi y en cada uno de ellos.

Gracias por las enfermedades que tu estas curando ahora, Gracias por los que estas visitando con tu Misericordia

Oración al Espíritu Santo para curar una enfermedad

Pido amorosamente al Espíritu Santo que limpie toda impureza u obstrucción que haya en mi cuerpo y en mi mente; que me restaure en perfecta salud.

Le pido esto con toda la honradez y la sinceridad de mi alma con Dios, y cumpla yo mi parte.

Pido al Espíritu Santo que me ayude a restaurar mi salud, así como también la de aquellos presentes y ausentes que necesitaren estar en perfecta salud. Pongo toda mi confianza en el Amor, en el Poder y en la Sabiduría de Dios.

Soy uno con la vida perfecta y armonía de Dios; soy uno con la sustancia y la Inteligencia Divina. Dios es mi fuerza, mi sol y mi vida.

Yo tengo fe en el poder del Espíritu Santo por el cual mi mente y mi cuerpo ahora están restableciéndose. Dios es Salud, enfermarme no puedo. Yo Soy sano, puro, perfecto y saludable, por el Poder Divino. Dios me bendice ahora. Yo soy la vida radiante de Dios.

(MENCIONAR TU PADECIMIENTO)

Así sea y será

oración al Espíritu Santo para pedir salud física, mental y espiritual

Ven, Espíritu Santo, penetra en las profundidades de mi alma con tu amor y tu poder.

Arranca las raíces más profundas y ocultas del dolor y del pecado que están enterradas en mí.

Lávalas en la Sangre preciosa de Jesús y aniquila definitivamente toda la ansiedad que traigo dentro de mí, toda amargura, angustia, sufrimiento interior, desgaste emocional, infelicidad, tristeza, ira, desesperación, envidia, odio y venganza, sentimiento de culpa y de autoacusación, deseo de muerte y de fuga de mí mismo, toda opresión del maligno en mi alma, en mi cuerpo y toda insidia que él pone en mi mente.

¡Oh bendito Espíritu Santo! Quema con tu fuego abrasador toda tiniebla instalada dentro de mí, que me consume e impide ser feliz, y concédeme salud.

Destruye en mí todas las consecuencias de mis pecados y de los pecados de mis antepasados que se manifiestan en mis actitudes, decisiones, temperamento, palabras, vicios.

Libera Señor, toda mi descendencia de la herencia de pecado y rebeldía contra las cosas de Dios que yo mismo le transmití.

¡Ven, Santo Espíritu! ¡Ven en nombre de Jesús! Lávame en la preciosa Sangre de Jesús, purifica todo mi ser, quiebra toda la dureza de mi corazón, destruye todas las barreras de resentimiento, dolor, rencor, egoísmo, maldad, orgullo, soberbia, falta de tolerancia, prejuicios e incredulidad que hay en mí.

Y, en el poder de Jesucristo resucitado, ¡libérame, Señor! ¡Tráeme salud, Señor! ¡Ten piedad de mí, Señor! ¡Ven, Espíritu Santo!

Hazme resucitar ahora a una nueva vida, plena de tu amor, alegría, paz y plenitud.

Sé que estás haciendo esto en mí ahora y asumo por la fe mi liberación, cura y salvación en Jesucristo, mi Salvador. ¡Gloria a Ti, mi Dios! ¡Bendito seas para siempre!

¡Alabado seas, oh mi Dios! En nombre de Jesús y por María, nuestra Madre. Así sea

bendecir los alimentos

bendecir mesa

Dar gracias a Dios por la comida que recibimos se lleva haciendo desde hace muchísimo tiempo, hoy en día se está perdiendo la costumbre pero queda gente que reza para agradecer los alimentos que tienen. Aquí hay algunas oraciones para bendecir la mesa.

Oraciones cortas para bendecir los alimentos

Bendito seas, Señor por esta comida que vamos a compartir y que es signo de paz, de alegría y fraternidad. Amén.

Bendícenos, Señor, y bendice estos alimentos que vamos a tomar. Haz que no les falte el pan a los que pasan hambre. Amén.

Bendice, Señor, a cuantos hoy comemos este pan; bendice a los que lo hicieron y a los que no lo tienen. Amén

Bendícenos, Padre, y bendice estos dones que vamos a tomar y que hemos recibido de tu generosidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

El Niño Jesús que nació en Belén bendiga estos alimentos y a nosotros también. Amén.

Bendícenos, Señor, y bendice los alimentos que vamos a tomar para mantenernos en tu santo servicio. Amén.

Bendice, Señor, los alimentos que vamos a tomar; que nos den fuerzas para hacer el bien a los demás. Amén.

Dios que nos ha dado para hoy, nos dé para mañana: su gracia y su bendición, salud para el cuerpo y salvación para el alma. Amén.

Señor Jesucristo: La mesa está dispuesta y nosotros invocamos tu presencia. Bendice a nuestra familia con tu amor. Amén.

Bendice, Señor, a los que nos hemos reunido en torno a esta mesa, para compartir el alimento y la amistad. Amén.

Padre, siéntate con nosotros a la mesa. Bendícenos a todos y acompaña nuestro día. Gracias Señor. Amén.

Señor, estamos reunidos en tu nombre para compartir el pan. Ayúdanos a vivir con humildad y sencillez. Amén.

 

Oraciones para bendecir la mesa

Dios Padre, que nos enviaste a tu Hijo amado; derrama tu bendición sobre estos alimentos; que nos den fuerzas para hacer el bien a los demás, que sepamos acogerlos como un gran regalo, y para que a ejemplo de Jesucristo, sepamos vivir la caridad con nuestro prójimo, todos los días de nuestra vida.  Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Señor Dios, que nuestra mesa sea lugar de intercambio fraterno, de afecto humano, de consuelo recíproco y de agradecimiento por todos tus dones. Tú estás presente entre nosotros porque eres el Amor, bendito por los siglos de los siglos. Amén.

Padre, tu nos llamas a estar juntos en esta mesa y nos has provisto de estos alimentos. Que esta comida fortalezca nuestras mentes y cuerpos para que podamos realizar nuestra misión eficientemente. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.

Señor Dios, que nuestra mesa sea lugar de intercambio fraterno, de afecto humano, de consuelo recíproco y de agradecimiento por todos tus dones. Tú estás presente entre nosotros porque eres el Amor, bendito por los siglos de los siglos. Amén.

Señor Dios, te damos gracias porque nos haces partícipes de tus maravillas; te alabamos por los dones de tu amor y te bendecimos por la amistad que nos concedes vivir en torno a esta mesa. Que esta comida en sencillez de corazón y en alegría, sea profecía del banquete del reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Te damos gracias, Señor, por todos los beneficios que permanentemente recibimos de tus manos. Bendice esta casa y haz que nunca nos falte lo necesario para mantenernos en tu santo servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oraciones por el matrimonio

El matrimonio es el sacramento por el cual se unen un hombre y una mujer, es el comienzo de una familia. Estas oraciones son para dar gracias, para matrimonios en crisis, para pedir un matrimonio feliz. Espero que os sirvan.

 

Oración del matrimonio

Señor, nos queremos, nos amamos mucho, aún sabiendo que no existe nada realizado definitivamente, sino que el amor se construye día a día, con silencios y palabras y sobre todo, con mucha acogida y perdón.

Cuando nuestro amor fue madurando te invitamos a nuestra boda. Fue tan maravilloso como en Caná. El sacramento permanente de tu presencia en nosotros nos ha hecho descubrir a lo largo de nuestra vida conyugal que el agua de nuestra rutina se convierte en vino de novedad, cuando nuestro amor
es verdaderamente donación y entrega, cuando nos olvidamos de lo mío
y aparece el nosotros, cuando tú con tu presencia nos conviertes verdaderamente en comunidad de vida y de amor. Amén.

para tener un buen matrimonio

Señor: Haz de nuestro hogar un sitio de tu amor.
Que no haya injuria porque Tú nos das comprensión.
Que no haya amargura porque Tú nos bendices.
Que no haya egoísmo porque Tú nos alientas.
Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón.
Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros.
Que sepamos marchar hacia Ti en nuestro diario vivir.
Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio.
Que cada noche nos encuentre con más amor de esposos.

Haz, Señor, de nuestras vidas que quisiste unir una página llena de Ti.
Haz, Señor, de nuestros hijos lo que Tú anhelas:
ayúdanos a educarles y orientarles por el camino.
Que nos esforcemos en el consuelo mutuo.
Que hagamos del amor un motivo para amarte más.
Que demos lo mejor de nosotros para ser felices en el hogar.
Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos concedas el hallarnos unidos para siempre en Ti.
Amén.

Oración dando gracias por el matrimonio

Señor, Padre santo, Dios omnipotente y eterno,
te damos gracias y bendecimos tu santo Nombre:
Tú has creado al hombre y a la mujer para que el uno sea para del otro
ayuda y apoyo. Acuérdate hoy de nosotros. Protégenos y concédenos
que nuestro amor sea entrega y don, a imagen de Cristo y de la Iglesia.

Ilumínanos y fortalécenos en la tarea de la formación de nuestros hijos,
para que sean auténticos cristianos y constructores esforzados de la
ciudad terrena. Haz que vivamos juntos largo tiempo, en alegría y paz,
para que nuestros corazones puedan elevar siempre hacia ti, por medio de tu Hijo en el Espíritu Santo, la alabanza y la acción de gracias. Amén.

Oración por el matrimonio

Oh Dios, nuestro padre celestial, protégenos y bendícenos.
Profundiza y refuerza nuestro amor a diario. Concédenos por tu misericordia que no lleguemos a decirnos palabra mala el uno al otro.

Perdónanos y corrige nuestras faltas, y ayúdanos para que siempre nos perdonemos cada vez que sin darnos cuenta nos dañamos el uno al otro. Cuídanos y guárdanos para que podamos estar bien en lo físico, alertas en la mente, tiernos de corazón, y devotos en espíritu.

Oh Dios, concédenos el aspirar y llegar a dar y ser lo mejor el uno para el otro. También te pedimos que llenes nuestras vidas cotidianas de virtudes que sólo tú puedes darnos. Y así, Señor, toma nuestro amor y nuestras vidas en conjunto, que sean para ti una alabanza, que estén al servicio de los demás.

Que estemos siempre unidos delante de ti, en alegría y en paz con la ayuda de Cristo nuestro Señor. Amén.

Oración para matrimonios con problemas

Jesús ,aquí estamos, los dos frente a ti, como aquel día en que recibimos el sacramento del matrimonio. Como aquel día en que bendijiste nuestro amor. Pero ahora Jesús estamos derribados, secos, lejos de ti, sin el agua de tu amor. Y ya nuestro amor se ha secado, derrama tu Santo Espíritu sobre nosotros, para que nos limpie, nos lave, nos restaure y nos renueve, para que ese amor que tú bendijiste brote nuevamente.

Jesús, corta y libera toda atadura de ambos al pecado,aleja todo espíritu de infidelidad, paséate por nuestra familia, por nuestro hogar, bendice nuestros hijos, bendice nuestras vidas. Permite señor que yo sea lo que mi esposo/a anhela, y que el/ella sea lo que yo anhelo. Señor, restaura ese sacramento fuerte por el que estamos unidos. Sana, Jesús.

Jesús, que la Sagrada Familia se mude a mi hogar, para que sepamos criar a nuestros hijos, al estilo de María y José, y para que nuestros hijos sean como Tú. Mándanos a tus Santos Ángeles, a los Arcángeles San Rafael, San Gabriel y San Miguel, para que nos protejan. Derrama tu preciosa sangre sobre este matrimonio, sobre el hogar, sobre la familia, y Madre María, cúbrenos con tu manto. Amén.

oraciones para tener paciencia

En la vida hay momentos en los que se nos acaba la paciencia, cuando estamos a punto de perder los papeles necesitamos la ayuda de Dios, y estas oraciones pueden servir.

Oración de la paciencia y la humildad

Jesucristo, que dijiste «aprendan de mí que soy paciente y humilde de corazón» (Mt. 11,29), concédeme la PACIENCIA suficiente para soportar las largas esperas, para adaptarme a los imprevistos, para tolerar lo que me da fastidio para convivir con mis límites.

Cristo, concédeme la PACIENCIA necesaria para dialogar con quien es insensible, para preservar ante las frustraciones, para afrontar la adversidad para creer en lo que es posible.

Cristo, concédeme la PACIENCIA indispensable para apreciar las cosas sencillas, para asumir el desafío de cada día, para poseer un corazón servicial y para confiar en tu providencia.

CRISTO de la PACIENCIA, que se cumpla en mí tu promesa: Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia». (Mt. 13,4)

Oración para pedir paciencia

Señor,

Yo sé que uno de mis peores enemigos es la impaciencia. La impaciencia rápidamente me lleva al desánimo.

Señor, enséñame una vez más a entender que las respuestas instantáneas no siempre son los caminos del cielo para hacer las cosas. Ayúdame a aprender a ser paciente, y no impetuoso ante la adversidad, a serenarme y pensar con claridad.

Quiero ser uno de aquellos que en medio de la ansiedad, decide esperar pacientemente en su altar, sabiendo que tu tienes un plan maravilloso para cada uno de nosotros. Amén.

oración por la paciencia

Dios paciente y maravilloso, glorioso es tu Nombre. Alabado seas mi Dios. Dios fuerte y poderoso, libertador de pobres y humildes, Santificado seas, perfecto en santidad y gloria. Te doy gracias en esta hora.

Perdóname por mi impaciencia Señor mi Dios. Tu conoces mis debilidades. Acuérdate que soy carne, polvo que nace y que muere Señor. Ayúdame a tener paciencia y esperar en tu palabra, guía y bendición Señor. Me arrepiento de mi falta de paciencia en tu obrar Señor mi Dios. Perdóname. Gracias. Recibo tu perdón y fortaleza, Señor.

Y perdono a todos aquellos que son impacientes y no tienen paciencia también Señor mi Dios. Los perdono en esta hora y te pido que les bendigas y les ayudes a tener paciencia y esperar en tu bondad y misericordia.

Clamo por mis necesidades Señor, dame fuerzas y fortalezas para esperar en todas tus bendiciones y promesas. El mundo me quita la paciencia Señor, mi ansiedad también. El diablo me las roba, por eso clamo y oro por paciencia espiritual y celestial sobre mi vida y los míos. Señor, Gracias. La recibo en esta hora con fe.

Oro por todos aquellos que necesitan de esa paciencia divina en sus negocios, en su profesión, en su trabajo, en su estudio, Señor. Ayúdales, bendíceles. Enséñales a ser pacientes Señor, la impaciencia es un mal de este tiempo, toma el control de ella. Gracias, Señor.

Y con tu poder, ato y reprendo a todo espíritu de impaciencia y de ansiedad, en el Nombre de Jehová, de Jesús y del Espíritu Santo lo hago. Satanás suelta mi vida, en el Nombre de Jesús te lo ordeno. Vete fuera con tus impaciencias, diablo. Porque Jesús me da paz y paciencia sobrenatural para soportar la prueba, esperar las promesas y tener victorias en él.

Señor Jesús, clamo por paciencia como dice tu palabra. Leo tu palabra y me da paciencia para esperar en ti. Gracias, Señor. 

Aumenta mi paciencia y esperanza en tus verdades y venida. Tengo al Espíritu Santo que genera paciencia eterna en mi. Gracias Jesús, Padre y Espíritu Santo. 

Gracias Dios por todas tus bendiciones inmerecidas sobre mi vida. Cuán grande es tu paciencia y benignidad para aquellos que se refugian en ti y esperan en tu misericordia. Gracias, mi Dios. Amén.

Oración para ser paciente

Señor Jesús, al contemplar tu inmenso Amor por nosotros, y verte en tu Pasión,
tan herido y despreciado, vengo a darte GRACIAS porque a través de tu dolor,
nos salvaste y redimiste.

Necesito pedirte PERDÓN:
por haber sido tan impaciente conmigo misma, contigo y con los demás,
por desesperarme con las diversas cruces que he tenido que abrazar,
por mis intolerancias de querer todo de inmediato y bajo control,
por mis enojos al no poder cambiar como me hubiera gustado,
por mis rebeldías de no aceptarme como soy.

Ayúdame a aprender con paciencia:
que el Amor vence al odio,
que tu Misericordia transforma los males en bienes,
que ningún dolor ofrecido al Padre junto a los tuyos, puede quedar estéril,

Que es posible asumir con gozo y paz tu “yugo suave” y tu “carga ligera”.

Quiero Amar como Tú amas, servir como Tú sirves, y proclamar con alegría que mis dolores los hiciste tuyos, y tu PACIENCIA la hiciste mía. Amén.

Oraciones por los ancianos

Las dos ancianas
  • Wallis, Velma (Author)

Los ancianos son discriminados muchas veces, se les mira con desprecio, como si fueran inútiles. A pesar de la gran experiencia en la vida que tienen, muchos abuelos sufren y son abandonados y olvidados por su propia familia. Estas oraciones son para todos ellos.

Oración por los ancianos

A ti Dios mío elevo mi oración, por todos los que se sienten agobiados por el peso de los años, tu amorosa presencia permitió que se prolongasen sus días en la tierra.

Dios mío, ellos miran para atrás y ven todo el camino recorrido, desde las travesuras de la infancia hasta la fragilidad del ahora.

Retira Señor toda la amargura de sus espíritus y que recuerden con preferencia los hechos agradables y felices.

Borra cualquier señal de resentimiento causado por la ingratitud y la maldad de los que algún día pasaron junto a ellos,

alegra sus corazones ancianos, cansados y abatidos, dale los medios de revivir las alegrías de una vida normal y sociable,

Dios mío ahuyenta los fantasmas de la soledad, del abandono y del desprecio.

Rodéalos de amparo y calor humano en su diario vivir para que puedan mantener un ánimo bien dispuesto, abierto y feliz.

Recompensa la disposición que demostraron, con la bendición de aquella paz que viene de ti y supera todas las limitaciones de la vejez.

Amén.

Oración del anciano

Padre Misericordioso,
Tú me has dado la vida y me la has conservado hasta ahora;
Tú me has conducido desde la juventud
y me has demostrado tu fidelidad hasta la ancianidad.
Alabo y bendigo tu misericordia y vengo de nuevo a implorar tu gracia.
Mis días están en tus manos:
Ya no puedo hacer mucho,
pero puedo esperar, recibir, agradecer, orar, perseverar y ser fiel.
Dame la gracia de la perseverancia y un bello atardecer de mi vida.
Conserva entero y sereno mi corazón, hasta que descanse en Ti.
Bienaventurados aquellos que me hacen sentir que soy amado,
que soy útil todavía y que no estoy solo.
Bienaventurados aquellos que llenan la última etapa de mi vida con cariño y comprensión.
Bienaventurados aquellos que entienden mi paso vacilante y mi mano temblorosa.
Bienaventurados aquellos que tienen en cuenta que mis oídos tienen que esforzarse para captar lo que dicen.
Bienaventurados aquellos que se dan cuenta de que mis ojos están nublados y que mis reacciones son lentas.
Bienaventurados aquellos que desvían la mirada al ver que he derramado la taza de café.
Bienaventurados aquellos que con una sonrisa me conceden un ratito de su tiempo para charlar de cosas «sin importancia».
Bienaventurados aquellos que nunca dicen:
«ya me has contado eso dos veces».
Amén.

Oración por los abuelos

Señor Jesús, tu naciste de la Virgen María,
hija de San Joaquín y Santa Ana.
Mira con amor a los abuelos de todo el mundo.
¡Protégelos! son una fuente de enriquecimiento
para las familias, para la Iglesia
y para toda la sociedad.
¡Sostenlos! Que cuando evejezcan
sigan siendo para sus familias
pilares fuertes de la fe evangélica,
custodios de los nobles ideales, hogareños,
tesoros vivos de sólidas tradiciones religiosas
haz que sean maestros de sabiduría y valentía
que transmitan a generaciones futuras los frutos
de su madura experiencia humana y espiritual.
Señor Jesús, ayuda a las familias y a la sociedad
a valorar la presencia y el papel de los abuelos.
Que jamás sean ignorados o excluidos,
sino que encuentren respeto y amor.
Ayúdales a vivir serenamente
y a sentirse acogidos durante todos los años
de vida que les concedas.
María, Madre de todos los vivientes,
cuida constantemente a todos los abuelos,
acompáñalos durante su peregrinación terrena
y con tus oraciones obten que todas las familias
se reúnan un día en nuestra patria celestial,
dónde esperas a toda la humanidad
para el gran abrazo de la vida sin fin.
Amén

para los abuelos

Amado Señor Nuestro, que por tu gran amor otorgaste a San Joaquín y a Santa Ana la gracia de engendrar a la Santísima Virgen. Te pedimos por su intercesión que bendigas a todos los abuelos, especialmente a los que pasan grandes necesidades. Te pedimos por su sabiduría alcance a las nuevas generaciones y sea fundamento para sus proyectos de vida. Te pedimos que sean comprendidos en sus debilidades, asistidos en sus necesidades y respetados por sus familias y la Sociedad. Te pedimos Jesús, nieto divino de Ana y Joaquín, que los abuelos puedan introducir a sus seres queridos en el mundo de la fe. Amén.

Los cristianos deben dar ejemplo respetando a los ancianos, sobre todo a sus abuelos. Aunque estén viejos, las personas mayores pueden enseñar muchas más cosas de las que piensas.

Oración al justo juez

El Justo Juez es una imagen de Jesús, se le reza para pedir justicia y sobretodo alejar problemas con la ley, falsas acusaciones, cárcel o violencia.

Oración al Justo Juez

Divino y Justo Juez de vivos y muertos, eterno sol de justicia, encarnado en el casto vientre de la Virgen María por la salud del linaje humano.

Justo Juez, creador del cielo y de la tierra y muerto en la cruz por mi amor. Tú, que fuiste envuelto en un sudario y puesto en un sepulcro del que al tercer día resucitaste vencedor de la muerte y del infierno.

Justo y Divino Juez, oye mis súplicas, atiende a mis ruegos, escucha mis peticiones y dales favorable despacho.

Tu voz imperiosa serenaba las tempestades, sanaba a los enfermos y resucitaba a los muertos como Lázaro y al hijo de la viuda de Naim.

El imperio de tu voz ponía en fuga a los demonios, haciéndoles salir de los cuerpos de los poseídos, y dio vista a los ciegos, habla a los mudos, oído a los sordos y perdón a los pecadores, como a María Magdalena y al paralítico de la piscina.

Tú te hiciste invisible a tus enemigos, a tu voz retrocedieron cayendo por tierra en el huerto los que fueron a aprisionarte y cuando expirabas en la Cruz, a tu poderoso acento se estremecieron los orbes.

Tú abriste las cárceles a Pedro y le sacaste de ellas sin ser visto por la guardia de Herodes. Tú salvaste a Dimas y perdonaste a la adúltera.

Te suplico, Justo Juez, me libres de todos mis enemigos, visibles e invisibles: la Sábana Santa en que fuiste envuelto me cubra, tu sagrada sombra me esconda, el velo que cubrió tus ojos ciegue a los que me persiguen y a los que me deseen mal, ojos tengan y no me alcancen, manos tengan y no me tienten, oídos tengan y no me oigan, lengua tengan y no me acusen y sus labios enmudezcan en los tribunales cuando intenten perjudicarme.

¡Oh, Jesucristo Justo y Divino Juez!, favoréceme en toda clase de angustias y aflicciones, lances y compromisos y haz que al invocarte y aclamar al imperio de tu poderosa y santa voz llamándote en mi auxilio, las prisiones se abran, las cadenas y las cuerdas se rompan, los grilletes y las rejas se quiebren, los cuchillos se doblen y toda arma que sea en mi contra se embote e inutilice.

Ni los caballos me alcancen, ni los espías me miren, ni me encuentren. Tu sangre me bañe, tu manto me cubra, tu mano me bendiga, tu poder me oculte, tu cruz me defienda y sea mi escudo en la vida y a la hora de mi muerte.

¡Oh, Justo Juez, Hijo del Eterno Padre, que con Él y con el Espíritu Santo eres un solo Dios verdadero! ¡Oh Verbo Divino hecho hombre! Yo te suplico me cubras con el manto de la Santísima Trinidad para que libre de todos los peligros y glorifiquen tu Santo Nombre.

Divino y Justo Juez, acompáñame en mi viaje, líbrame de todo peligro o accidente, defiéndeme de mis enemigos y socórreme en mis necesidades.

Amén.

Oración al Justo Juez

Santísimo Justo Juez, hijo de Santa María,que mi cuerpo no se asombre ni mi sangre sea vertida, donde quiera que vaya, las manos del Señor delante las tenga, las de la Señora Virgen María, que vayan y vengan.

Mis enemigos, salgan con ojos y no me vean, con armas y no me ofendan, justicia y no me prendan.

Con el paño de Nuestro Señor Jesucristo envuelto sea mi cuerpo, que no sea herido ni preso, ni a la vergüenza de la cárcel puesto.

Si en éste día hubiese alguna sentencia en contra mía, que se revoque por la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Así sea.

La compañía de Dios sea conmigo y el Manto de Santa María, su Madre, me cobije y de malos peligros me defienda.

Ave María, gracia plena, Dominus Tecum, me libre de todo espíritu maligno bautizado y sin bautizar.

Cristo vence, Cristo reina, Cristo de todos los malos peligros me defienda…

El Señor y justo juez individual hijo de Santa María Virgen. Aquel que nació en solemne día, que no pueda ser muerto ni me quieran mal. Así sea.

Oraciones por los hijos

Los hijos son el futuro, los padres hacen todo lo posible para que puedan conseguir lo que se propongan, tengan un buen trabajo, sean personas de bien, sean felices… Y para ello se esfuerzan en criarlos lo mejor que saben, además, rezar estas oraciones por ellos puede ayudar.

 

Oración de los padres por los hijos

Señor, Padre todopoderoso,
te damos gracias por habernos dado estos hijos.

Es una alegría para nosotros,
y las preocupaciones, temores y fatigas que nos cuestan,
las aceptamos con serenidad.

Ayúdanos a amarlos sinceramente.
A través nuestro has hecho surgir vida;
desde toda la eternidad tú los conocías y amabas.
Danos sabiduría para guiarlos, paciencia para instruirlos,
vigilancia para acostumbrarlos al bien mediante nuestro ejemplo.

Fortaleces nuestro amor para corregirlos y hacerlos más buenos.

Es tan difícil a veces comprenderlos,
ser como ellos nos desean, ayudarlos a hacer su camino.

Enséñanos tú Padre bueno por los méritos de Jesús,
tu Hijo y Señor nuestro. Amén

Oración para proteger a los hijos

Gracias Dios por mis hijos, por sus preciosas vidas,
hoy te pido que los protejas del mal, que seas un escudo alrededor de ellos,
que sean librados de peligros, de personas con malas intenciones,
malas palabras y mala reputación.
Señor, que tus ángeles cuiden a mis hijos,
protégelos de toda enfermedad o virus del ambiente,
que haya un cerco protector dondequiera que vayan,
cuando entren o salgan del hogar sean bendecidos,
cúbrelos con tu sangre preciosa que derramaste en una cruz para salvación.
Señor, que mis hijos busquen hacer lo que es correcto,
que sus pies no los lleven a lugares de maldad,
guarda sus mentes de necedades, de planear el mal contra otros,
líbralos de vivir en falsedad y en mentiras.
Gracias Señor por amar a mis hijos y por escuchar mi oración.
Con todo mi corazón te alabo y te bendigo
porque eres mi Dios y mi salvador. Amén.

Oración por la vocación de los hijos

Señor, te pido por las vocaciones de mis hijos,
que sea cual sea la que hayas determinado para cada uno de ellos,
que obtengan la gracia de descubrirla y aceptarla conforme a tu voluntad,
y se entreguen dócil y generosamente a ella,
cumpliendo fielmente los deberes que la misma les imponga.
Oh Señor, Padre nuestro,
te damos gracias por el don maravilloso con el cual nos haces partícipes
de tu divina paternidad.
En este tiempo de espera, te pedimos:
protege este hijo nuestro lleno aún de misterio,
para que nazca sano a la luz del mundo y al nuevo nacimiento del bautismo.
Madre de Dios, a tu corazón maternal confiamos nuestro hijo. Amén

Oración para educar bien a los hijos

SEÑOR:
AYÚDAME a comprender a mis hijos, a escuchar pacientemente lo que tengan que decir, a contestar con cariño todas sus preguntas.
HAZME tan amable con ellos, como quisiera que lo fueran conmigo. No me permitas interrumpirlos, hablándoles mal, si no enseñándoles con amor.
DAME EL VALOR de confesar mis faltas a mis hijos, no permitas que me burle de sus errores, ni que los humille o avergüence delante de sus amigos o hermanos como castigo.SEÑOR:
NO PERMITAS que induzca a mis hijos a hacer cosas indebidas por seguir mi mal ejemplo.
TE PIDO que me guíes todos las horas del día, para que pueda demostrarles,
por todo lo que diga y haga, que la honestidad es fuente de felicidad.
REDUCE el egoísmo que hay dentro de mi, te lo ruego. Haz que cese mis críticas de las faltas ajenas y que cuando la ira trate de dominarme, me ayudes, Oh Señor, a contener mi lengua.
HAZ que tenga siempre a flor de labios una palabra de estímulo.
AYÚDAME a tratar a mis hijos, conforme a sus edades, y no me permitas que de los menores exija el criterio y normas de vida de los adultos.SEÑOR:
NO PERMITAS que les robe las oportunidades de actuar por sí mismos con responsabilidad, de pensar, escoger y tomar su decisiones de acuerdo a su edad.
PROHÍBEME, Señor, que los agreda física o verbalmente con el pretexto de corregirlos, por el contrario, que siempre tenga para ellos TIEMPO, ABRAZOS, AMOR Y BESOS.
Cuatro pasos que, como ángeles de la guarda, debo yo regalarles.
PERMÍTEME el poder satisfacer sus deseos JUSTOS, pero dame valor de negarles un privilegio que sé que les causará daño.
HAZME TAN JUSTO, tan considerado y amigo de mis hijos, que me sigan por amor y no por temor.SEÑOR
AYUDAME, en fin, a ser un LÍDER para ellos y no un JEFE.
¡SEÑOR, YO QUIERO SER COMO TÚ, PARA QUE VALGA LA PENA QUE MI HIJO SEA COMO YO!
AMÉN

Oración por los hijos

Mi Señor Padre eterno, fuente de todo consuelo,
te ruego por los hijos que me has regalado.
Tú que ya pensaste en ellos antes de la creación del mundo,
y que les quieres mucho más que yo, bendícelos siempre,
envía a tus ángeles para que sus pies no tropiecen,
y no les dejes caer en la tentación.

Mi Señor Jesucristo, que quisiste nacer en una familia,
Por tu bendita Madre, que tanto sufrió al verte en la Cruz,
Apiádate de mis lágrimas y concede a mis hijos la fe que vale más que el oro
Y la vida eterna.

Mi Señor Espíritu Santo, sé para ellos brisa suave que alivie sus penas,
Fuego que arda en sus corazones y Maestro que les enseñe a orar,
Para que nunca se desvíen del camino que lleva al cielo,
y un día podamos sentarnos juntos en el banquete del Reino
Que dura para siempre. Amén.