Un examen es una de esas circunstancias en las que podemos llegar a jugarnos mucho y que pueden suponer una verdadera prueba en nuestra vida y para nuestra fe. Es por eso que conviene encomendarnos, como en casi cualquier circunstancia de nuestra vida, a la intervención divina.
En este caso, vamos a ver una posible fórmula para suplicar la intercesión de la santa abogada de los examinados, Santa Gema Galgani. Mística nacida en Campigliano en 1778, la joven santa fue una de las primeras mujeres estigmatizadas del siglo XX.
En todo caso, más que por su misticismo o por los estigmas, Gema, la joven además de santa, destacaba por sus capacidades para el estudio y por su solidaridad con sus compañeros, cuyos éxitos y fracasos le provocaban los sentimientos de los aprobados y los suspensos propios.
He aquí una de las formas para pedir la intercesión de Santa Gema Galgani.
Esclarecida Santa Gema Galgani, protectora de los examinandos. Tú que recibiste de la Divina Voluntad de Nuestro Señor una inteligencia tan aguda, ayúdanos con tus oraciones milagrosas y memoria tan fuerte que ocupabas siempre los puestos de honor en las clases, tú que alcanzabas las más distinguidas calificaciones en cualquiera que fuera la materia y obtenías premios extraordinarios en públicos certámenes.
Santa Gema Galgani, que inspirada por la más tierna caridad para con tus hermanos en la fe, sufrías y sentías como propios los suspensos de tus compañeras de clase; tu, puesto que ves y sufres desde el cielo mis descuidos y negligencias a la hora de cumplir con los deberes escolares, alcánzame del Señor Dios Nuestro el perdón que humildemente suplico.
Ayúdame, asimismo a encaminar mis conocimientos a la mayor gloria de Dios y a santificar mi alma, así como que en esta circunstancia en que voy a examinarme, conserve la bondad de mis intenciones, junto con la serenidad de ánimo y el equilibrio de mis nervios, para que, al lograr las brillantes calificaciones que deseo y necesito, ensalce tu protección y eficaz abogacía. Asimismo que bendiga al Señor por todos sus soberanos e innegables beneficios, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Concluida la fórmula, hemos de rezar un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
En cualquier caso, y por muchos milagros que la santa obtenga para nosotros, la verdadera fórmula milagrosa para aprobar es aplicarse en los estudios. Nunca mejor que este caso puede aplicarse aquel refrán de “a Dios rogando y con el mazo dando”.