El 4 de enero conmemoramos la festividad de Santa Ángela de Foligno. La joven, natural de la ciudad italiana que porta en su nombre, era una apasionada de la juerga que acabaría por casarse muy joven y tener varios hijos.
Santa Ángela de Foligno, un renacimiento a la fe
Cuando tenía 35 años, en 1283, enviudó y perdió a sus hijos. De este modo, al verse sola, reflexionó sobre la posibilidad de cambiar radicalmente de vida, a lo que se decidiría tras escuchar una predicación y confesar todos sus pecados.
Animada por otras muchachas, se decidió a peregrinar a Asís, donde parece ser que la voz de San Francisco resonó en su interior: “Vende lo que tienes y dalo a los pobres, y dedícate a vivir pensando en la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo”.
Tal fue así que apenas escuchaba algo sobre la Pasión entraba en trance celestial, considerándosela desde esos tiempos una de las místicas más importantes del catolicismo. Como a tal y, visto el giro que imprimió a su vida, puede pedírsele intercesión por las personas que no encuentran su camino en la vida, por ejemplo, de la siguiente manera:
Santa Ángela de Foligno, a vos suplico por [el nombre de la persona por quien rogamos que interceda], cuyo camino parece confuso y que semeja haber dado la espalda al faro de la luz del Salvador en este valle de tinieblas. Os ruego que intercedáis ante Nuestro Señor para que lo / la ilumine y le dé entendimiento para andar por la recta senda de la virtud. Amén.
Santa Faraildis, una fe y una coherencia inquebrantables
El 4 de enero también conmemoramos a la belga Santa Faraildis, que se vio obligada a casarse, allá por el siglo VII, con un violento noble. La santa siempre se negó a consumar el casamiento, apoyándose en la oración y en una fe inquebrantables. Parece ser que enviudó virgen.
Por lo que puede deducirse de la Vita Gudilae, Faraildis era hija de Santa Amalberga y hermana de Santa Gúdula -cuya vida cuenta el citado libro-, Santa Reineldis, y San Emeberto, pero este extremo no está confirmado en su propia hagiografía, la Vita Pharaildis.
El culto a Faraildis data del siglo IX, atribuyéndosele numerosos milagros a la que también se venera como patrona de la ciudad belga de Gante. Según la leyenda, Faraildis hizo manar una fuente en Bruay, para que bebieran unos niños enfermos. También se cuenta que una mujer que se había negado a compartir su pan con un mendigo vio como sus panes se volvían piedras. Otro milagro se refiere a que hizo resucitar a un pollo cocinado.
Habida cuenta de la fortaleza de sus convicciones y del modo en que afrontó las presiones a las que la sometía su esposo, podemos rogarle que abogue por nosotros en situaciones difíciles, en las que, estando bajo presión, no sabemos qué hacer. He aquí una forma de hacerlo:
Santa Faraildis, tú que supiste mantenerte firme en tus convicciones y actos, iluminada por la fe en el Señor, intercede ante Él por mí para que ilumine mis pasos por el sendero correcto de la vida en Jesucristo y en su mensaje. Amén.