Oración a San Judas Tadeo
Apóstol gloriosísimo de Nuestro Señor Jesucristo, aclamado por los fieles con el dulce título de ABOGADO DE LOS CASOS DESESPERADOS, hazme sentir tu poderosa intercesión aliviando la gravísima necesidad en que me encuentro. Por el estrecho parentesco que te hace primo hermano de Nuestro Señor Jesucristo, por la privaciones y fatigas que por El sufriste, por el heroico martirio que aceptaste gustoso por su amor, por la promesa que el divino Salvador hizo a Santa Brígida de consolar a los fieles que acudiesen a tu poderosa intercesión, obténme del Dios de las misericordias y de su Madre Santísima la gracia que con ilimitada confianza te pido a Ti, Padre mío bondadosísimo, seguro que me la obtendrás siempre que convenga a la gloria de Dios y bien de mi alma. Así sea.
Glorioso Apóstol San Judas Tadeo, ruega por nosotros.
Glorioso Apóstol San Judas Tadeo, ruega por nosotros.
Glorioso Apóstol San Judas Tadeo, ruega por nosotros.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Oración a Santa Rita
Oh poderosa Santa Rita, llamada ahogada de los casos desesperados, socorredora en la última esperanza, refugio y salvación en el dolor, que conduce al abismo del delito y de la desesperación: con toda la confianza en tu celestial poder, recurro a ti en el caso difícil e imprevisto que oprime dolorosamente mi corazón.
Dime, oh Santa Rita, ¿no me vas a ayudar tu?, ¿no me vas a consolar? ¿Vas a alejar tu mirada y tu piedad de mi corazón, tan sumamente atribulado? ¡Tú también sabes lo que es el martirio del corazón! Por las atroces penas, por las amargas lágrimas que santamente derramaste, ven en mi ayuda. Habla, ruega, intercede por mí, que no me atrevo a hacerlo, al Corazón de Dios, Padre de misericordia y fuente de toda consolación, y consígueme la gracia que deseo. Presentada por vos es seguro que me escuchará: y yo me valdré de este favor para mejorar mi vida y mis costumbres, para cantar en la tierra y en el cielo las misericordias divinas.
Santa de lo imposible. Oh Santa Patrona de los necesitados, Santa Rita, cuyas plegarias ante el Divino Señor son casi irresistibles, quien por la generosidad en otorgar favores has sido llamada mediadora de los desesperados y de lo imposible; Santa Rita, tan humilde, tan pura, tan mortificada, tan paciente y de tan compadecido amor por Jesús Crucificado que podrías obtener de Él cualquier cosa que le pidas. A cuenta de esto recurrimos confiados a ti, esperando, si no siempre alivio, al menos consuelo. Se favorable a nuestra petición, mostrando el poder de Dios a nombre de este suplicante, se generosa con nosotros, como lo has sido en tantos casos maravillosos, para la mas grande gloria de Dios, por la divulgación de tu propia devoción, y por el consuelo de aquellos que confían en ti. Prometemos, si nuestra petición es concedida, glorificar tu nombre, informando del favor concedido, para bendecir y cantar tus alabanzas por siempre. Confiando entonces en los méritos y poder ante el Sagrado Corazón de Jesús, te rogamos oyenos.
Oración a Dios
Sálvame Dios mío, porque estoy a punto de ahogarme, me estoy hundiendo en un pantano profundo y no tengo donde apoyar los pies.
He llegado a lo mas hondo del agua y me arrastra la corriente.
Ya estoy ronco de tanto gritar; y la garganta me duele; mis ojos están cansados de tanto esperar a mi Dios.
Oración a Dios II
Oh Jesús, Tú eres la Palabra verdadera, Tú eres la Vida, la Luz, Tú eres nuestro camino, Jesús, amadísimo Señor mío, que dijiste: «Pedid y se os dará, buscad y hallareis, llamad y se os abrirá,» por la intercesión de María Vuestra Santísima Madre, yo llamo, yo busco, yo os pido con toda esperanza que me concedáis lo que con urgencia preciso:
Oh Jesús, Tú eres el Hijo de Dios vivo, Tú eres testigo fiel de Dios en el mundo, Tú eres Dios con nosotros, Jesús Señor de Señores, que dijiste «Cualquier cosa que pidierais al Padre en Mi Nombre os la concederá» por intercesión de María, Nuestra Santísima Madre, humildemente y de todo corazón suplico con inmensa fe a Vuestro Padre en Vuestro Nombre que me concedáis este favor que me resulta tan difícil conseguir por mis débiles medios:
Oh Jesús, Tú eres el Hijo de María, Tú eres el vencedor del mal y la muerte, Tú eres el principio y el fin, Jesús Rey de Reyes, que dijiste: «Cielo y Tierra pasarán, pero mi palabra no pasará» por intercesión de María, Vuestra Santísima Madre, siento total confianza que mi desesperada súplica será concedida.
Oh Jesús que dijiste: ven y sígueme acompáñanos y guíanos en nuestro camino hacia el encuentro con Dios y enséñanos a estar siempre cerca de nuestros hermanos.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Credos.